Casi tres semanas después del inicio del conflicto, Israel intensificó sus ataques a Gaza
El Ejército israelí anunció ayer que incrementó los bombardeos en la Franja de Gaza “de manera muy significativa”, tras casi tres semanas de guerra contra el movimiento islamista palestino Hamás, que gobierna ese territorio, que se ha quedado completamente incomunicado por efecto de los fuertes ataques de las últimas horas.
“Seguiremos atacando la ciudad de Gaza y sus alrededores”, agregó el portavoz militar, Daniel Hagari, en una declaración televisada.
Fuentes de las Fuerzas Armadas israelíes confirmaron la ofensiva israelí en Gaza, y además detallaron que el ejército de Israel repele ataques de Hezbollah en la frontera con Líbano.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, habló con un pequeño grupo de periodistas extranjeros en Tel Aviv después de que las fuerzas israelíes, respaldadas por aviones de combate y drones, llevaran a cabo una segunda incursión terrestre limitada en el enclave palestino en el mismo número de días, atacando las afueras de la ciudad de Gaza.
Gallant dijo que la invasión terrestre —que sigue a semanas de ataques aéreos— “llevará mucho tiempo” y que conduciría a otra fase prolongada de combates de menor intensidad, a medida que Israel destruye “focos de resistencia”.
Israel ha aseverado que pretende aplastar el gobierno de Hamás en Gaza y su capacidad de amenazar a Israel. Pero aún no queda claro cómo se medirá la derrota de Hamás y el final de una invasión. Israel sostiene que no pretende gobernar el pequeño territorio de 2,3 millones de palestinos, pero no ha aclarado quién espera que lo gobierne, aun cuando Gallant sugirió que podría sobrevenir una insurgencia a largo plazo.
En una señal de las crecientes tensiones en la región, aviones de combate estadounidenses bombardearon objetivos en el este de Siria después de una serie de ataques contra las fuerzas norteamericanas. Según el Pentágono, los blancos estaban vinculados con la Guardia Revolucionaria de Irán. Por otra parte, dos objetos misteriosos impactaron en poblados de la península egipcia del Sinaí.
Después de tres semanas de guerra provocada por una sangrienta incursión de Hamás en el sur de Israel, el número de muertos palestinos ha superado los 7.300, según funcionarios de Gaza. El sitio a Gaza ha significado una disminución de los suministros de alimentos, combustible, agua y medicamentos, y los líderes árabes y de la ONU han pedido un cese del fuego para permitir la entrada de ayuda.
El Ministerio de Salud de Gaza publicó el jueves una lista detallada de nombres y números de identificación de los muertos, incluidos más de 3.000 menores y más de 1.500 mujeres. Milicianos palestinos han disparado miles de cohetes contra Israel, entre ellos uno que impactó ayer en un edificio residencial en Tel Aviv, hiriendo a cuatro personas.
Según el gobierno israelí, más de 1.400 personas fueron asesinadas en Israel durante el ataque de Hamás del 7 de octubre, y al menos 229 rehenes fueron llevados a Gaza.
Por otro lado, la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció que el "castigo colectivo de Israel a toda la población de Gaza" es un crimen de guerra al que se debe "poner fin inmediatamente".
"Desde hace casi tres semanas los civiles palestinos han sufrido incesantes bombardeos de Israel por aire, tierra y mar; miles de ellos han muerto, algunos entre restos de viviendas, mezquitas o panaderías destruidas", señaló en rueda de prensa la portavoz de la oficina de la ONU, Ravina Shamdasani.
Desde hace casi tres semanas los civiles palestinos han sufrido incesantes bombardeos de Israel por aire, tierra y mar; miles de ellos han muerto, algunos entre restos de viviendas, mezquitas o panaderías destruidas
Por su parte, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó ayer por abrumadora mayoría una resolución no vinculante que reclama una "tregua humanitaria inmediata y duradera" en la Franja de Gaza y el acceso de ayuda sin trabas para llevar alimentos, bienes y servicios esenciales a la población civil del enclave.
La votación fue de 120 votos a favor, 14 en contra y 45 abstenciones respecto del texto que propuso Jordania y que no nombra ni a Hamás ni a Israel.
Tras el fracaso en cuatro oportunidades del Consejo de Seguridad en llegar a algún consenso, el texto es la primera respuesta formal de la ONU a la guerra.
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