Denuncian el vertido de líquidos cloacales crudos sobre la costa del Canal Beagle
La Asociación Civil Participación Ciudadana reveló que "el 40% de los desechos cloacales" de la capital de Tierra del Fuego "siguen siendo introducidos en arroyos o directamente al lecho del Canal, sin ningún tratamiento previo y contraviniendo una sentencia judicial firme".
Según explicó Guillermo Worman, representante de la entidad, la ONG inició en 2013 una acción civil de protección de intereses difusos que derivó en un "fallo inédito" producido en 2014 por el juez Civil y Comercial Alejandro Fernández.
El pronunciamiento judicial condenó al Gobierno provincial a reparar el sistema cloacal existente y dotar a la ciudad de la infraestructura sanitaria faltante, y al municipio a asumir el mantenimiento general de las obras e instalaciones una vez concluidas.
La causa surgió luego de que una controversia entre ambas jurisdicciones estatales había ocasionado que "se apagara el sistema cloacal" y "aumentaran peligrosamente los índices de contaminación tanto sobre la costa como en los arroyos y turbales aledaños", recordó Worman.
Como consecuencia de la sentencia judicial, que quedó firme, se reparó el sistema de bombeo de líquidos crudos en la zona céntrica y se finalizó y puso en funcionamiento la planta de tratamiento "Bahía Golondrina", ubicada en el camino al Aeropuerto Internacional de Ushuaia.
"También se comenzó a construir la nueva planta de tratamiento 'Arroyo Grande' para recolectar los residuos del 40% de la población que habita el sector este de Ushuaia, donde directamente no tratan los efluentes", explicó el representante de Participación Ciudadana.
Esa obra registraba un avance "del 80%" a fines de 2019, pero desde marzo de 2020 "se encuentra paralizada por la falta de pago a la empresa contratista", denunció.
El resultado es que "caños colectores de gran tamaño con miles de litros de efluentes cloacales se siguen vertiendo todo el día o al Arroyo Grande que desemboca metros después en el Canal Beagle, o directamente en distintas zonas de la playa".
"Estamos hablando de uno de los lugares más prístinos del planeta, visitado por cientos de miles de turistas todo el año como un ícono de la naturaleza y por cuyo lecho pasan los cruceros que viajan a la Antártida, para no hablar de los riesgos a la salud pública de los habitantes de la ciudad", dijo Worman.
De acuerdo a estudios solicitados por la ONG, en 2013 se midieron en la Bahía de Ushuaia "2,4 millones de bacterias coliformes totales cada 100 mililitros de agua" cuando la ley de medio ambiente define a la contaminación como la presencia de más de 20 mil bacterias.
Por su parte en 2019, ya con las obras derivadas de la sentencia judicial, los mismos valores descendieron a 7.900 en abril y a 4.900 a fines de ese año.
"Eso prueba que los trabajos dieron resultado. Lo que no podemos es volver a retroceder manteniendo la paralización de obras fundamentales como la planta que debe abastecer al 40% de la población. La costa de Ushuaia y el mítico Canal Beagle no puede seguir convertidos en una letrina a cielo abierto", concluyó Worman.
Fuente: Télam
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