La carne sigue subiendo y ya hay cortes al borde de $ 1.000 el kilo
La escalada de la carne no se detiene. Con el último aumento de precios, esta semana, el kilo de lomo se acerca cada vez más rápidamente a los mil pesos, mientras que otros cortes más económicos, como la pulpa o el asado, se venden entre los 800 y los 850 pesos por kilo. Tras el paro de comercialización en respuesta al cierre de las exportaciones, en las carnicerías de la ciudad advierten que falta para abastecerse con normalidad. También hablan de una importante baja del consumo.
Los valores de venta al público de los cortes bovinos no han tenido descanso en los dos últimos meses, según explican los propios carniceros. Incluso, agregan el dato de que, en las dos semanas previas, subieron tres veces.
“Nos sorprende esto, porque la carne siempre subía dos veces al año”, dijo Fabían García.
Adrián Morales, presidente de la Cámara de Almaceneros de Río Cuarto, detalló que el lunes pasado volvió a subir el precio de la carne al mostrador, “unos 30 pesos por kilo. Para el caso de la pulpa, que llega a 850 pesos, esto significa casi un 4 por ciento de aumento. El kilo de lomo, por su parte, quedó en 920 pesos y el asado, 820 pesos”, precisó.
Además, explicó que, en los últimos 15 días, la carne aumentó tres veces.
Fabián García, carnicero, consideró el movimiento de precios como algo “absolutamente ilógico” si se tiene en cuenta que “se está vendiendo entre un 40 por ciento menos de carne y es un problema en todas las carnicerías del país”.
Con un promedio de costo de venta al público de 850 pesos el kilo (promediando entre las pulpas y el asado), García afirma que los precios alcanzaron un nivel “altísimo”.
El precio de la hacienda vacuna viene subiendo en forma sostenida desde dos meses, lo que motivó al gobierno nacional a tomar medidas y cerrar las exportaciones por el plazo de 30 días. Frente a esto, ese mismo día, las entidades ruralistas decretaron un paro de comercialización que se extendió hasta ayer.
Escalada
A todo esto, los aumentos en las carnicerías no sólo no se detuvieron, sino que parecieron intensificarse y también comenzó a faltar mercadería.
“La semana pasada tuvimos un aumento del 10 por ciento. Y en esta lo que se vio es que hay menos cantidad de hacienda en feria. No quieren vender. O no hay animales terminados. O no hay la cantidad suficiente. Y eso que es poco lo que se está consumiendo”, señaló García.
Por otro lado, indicó que, a medida que fueron trepando los valores de la carne, a los comerciantes no les quedó otra alternativa más que ajustar los márgenes de ganancia.
“A un carnicero, el kilo de carne de media res, como barato, le cuesta 435 pesos al gancho. Con grasa, hueso y todos los desperdicios, que son muchos. Por eso, el margen es muy chico”, señaló.
Sostuvo que por este motivo, muchas carnicerías están cerrando o apustan a otras alternativas en lugar de los cortes vacunos.
“Cada vez son más las que se enfocan en la venta de cerdo y pollo, porque lo que pasa con la carne vacuna es que no está dando ganancia. No es rentable en este momento. Más allá de que el kilo de carne se venda a 800 pesos, no se mantiene la ganancia. Dejó de ser negocio. Y por eso nos hemos reconvertido, porque tenemos que vender otros productos. A la carne de vaca se la está dejando un poco de lado. O para la gente que la puede pagar”, apuntó García.
“A nosotros nos sorprenden estos aumentos. Porque la carne siempre tiene un aumento en marzo y otro para las fiestas, pero el resto del año el precio queda estable. Esta vez, desde febrero viene aumentando”, concluyó.
Otros carniceros consultados plantearon que el aumento más reciente del precio de la carne ocurrió después de las medidas de cierre de la exportación.
“Lo que pasó fue que el campo dejó de vender, empezaron a faltar animales y eso hizo subir el precio. Por la experiencia que tengo, nunca que los precios suben vuelven a bajar, aun si se normaliza el abastecimiento”, indicaron.
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