Marilena, la heroica veterinaria: "Estamos shockeados pero no sorprendidos"
“Era un ser especial”, así definió Fernando Navarro -responsable de Clínica Médica del Hospital de Grandes Animales de la Universidad Nacional de Río Cuarto- a Marilena Bossio, la joven veterinaria que murió el último fin de semana para salvar la vida de un niño en el lago Cardiel (provincia de Santa Cruz). Y es que la riotercerense, en un acto heroico, entregó su chaleco salvavidas a un pequeño de 8 años, en medio de una tormenta que había provocado que varios kayaks volcaran.
Con sólo 26 años, supo ganarse la admiración y el cariño de compañeros y profesores de la carrera que cursó en la Facultad de Agronomía y Veterinaria, en la que dejó una huella imborrable como estudiante y como persona.
“Era muy participativa y muy sonriente. Siempre estaba con una sonrisa, no importaba el horario que tuviera que ir; mañana, tarde o noche siempre estaba dispuesta. Se llevaba excelente con sus compañeros, participaba en cuanta actividad organizábamos nosotros. Prácticas sociales comunitarias, prácticas a campo, fuimos a vacunar antirrábica en barrios, ella siempre estaba presente”, relató Navarro.
Asimismo, aseguró que la actitud de la joven doctora durante la tragedia fue propia de ella, que siempre se mostró solidaria y compañera. “El grupo docente y los compañeros estamos muy shockeados pero no nos sorprendió su reacción porque es lo que esperábamos de Marilena, brindarse a los demás”, sostuvo.
La misma semblanza de la flamante profesional brindó Juan Cruz Sereno, adscripto del Hospital Escuela de la Facultad, quien compartió años de trabajo con la joven. “En el Hospital de Grandes Animales la actividad es meramente práctica, se trata de guardias, es decir que es todo de servicio. Trabajamos mucho con animales de personas de muy bajos recursos y eso requiere de tener tacto, no es para cualquiera, pero ella se desempeñaba muy bien. Siempre fue muy servicial, muy atenta, muy activa, colaborativa con sus compañeros y con los profes. Siempre preguntando cosas, queriendo aprender. Tenemos muy lindos recuerdos de ella”, sostuvo.
Sobre el accidente que se llevó su vida, el docente reflexionó: “Las personas somos como los animales, ellos llevan el instinto en carne propia. Nosotros a pesar de que no lo mostramos seguido, cuando la naturaleza nos pone al límite lo sacamos de adentro. La naturaleza la puso al límite a ella e hizo lo que creía que tenía que hacer en ese momento y seguramente no dudó”.
Por su parte, Navarro contó que la estancia en el sur de la veterinaria se debía a que tenía como proyecto instalarse en el pueblo de Gobernador Gregores para desempeñarse con grandes animales, colaborando allí con una colega y amiga. Si bien su sueño quedó trunco, el profesor recalcó que el recuerdo de su paso por la UNRC quedará intacto por su entrega permanente.
“Marilena va a vivir en cada uno de nosotros, como un ejemplo a seguir para generaciones que pasen por el Hospital. Marcó un antes y un después este hecho de desprenderse de su propia vida para salvar a una criatura”, afirmó.
El accidente
Marilena se encontraba el pasado sábado en el lago Cardiel cuando un temporal de viento dio vuelta varios kayaks. Ella y seis personas más quedaron a la deriva en las heladas aguas. En medio de la tragedia, la joven dio su chaleco salvavidas a un nene de 8 años y su acción terminó salvándole la vida.
El pequeño Mateo Barría fue rescatado aunque con un cuadro de hipotermia porque naufragó casi cuatro horas.
El accidente se registró alrededor de las 15 en la zona de bahía El Griego, a 80 kilómetros de Gobernador Gregores. Además de la veterinaria, hubo tres personas que murieron en el lamentable episodio.
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