Piden en las redes que la guardia costera estadounidense busque al yate desaparecido
La familia de Renzo Spasiano, el joven de 20 años que está desaparecido desde el martes pasado junto con las otras cuatro personas con las que regresaba a México por mar tras un viaje de ayuda humanitaria a Haití, reclama que la guardia costera de Estados Unidos se involucre en la búsqueda dado que el otro argentino que iba a bordo tiene también ciudadanía de ese país.
"Como Carlos Juárez, el dueño del yate, es también ciudadano norteamericano, lo que queremos es que la guardia costera estadounidense preste ayuda, ya sea para buscar a uno de sus ciudadanos o asistir en la búsqueda", dijo Luis Spasiano, padre del joven, a Télam.
En la embarcación de la que nada se sabe desde las 9.30 (hora argentina) del martes 28, además de Renzo Spasiano y Carlos Juárez (43), iban el cubano Denis Manuel Fernández Díaz (46) y el mexicano Martín Vega Argaez (44).
Todos volvían a México luego de 10 días en misión humanitaria a Haití, donde habían dejado alimentos, remedios y hasta un hospital de campaña.
"Necesitamos que los guardacostas americanos nos escuchen y nos presten su colaboración, por eso estamos haciendo una recolección de firmas en Change.org", contó Spasiano.
Ambos argentinos viven en Puerto Aventuras, a unos 10 kilómetros de Playa del Carmen, donde Juárez tiene una empresa de yates en la que trabaja Spasiano.
Familiares y amigos de Renzo están impulsando un petitorio en esta plataforma de activismo online, que en menos de 12 horas reunió más de 3.900 firmas.
"Solicitamos el apoyo urgente a la Guardia Costera de Estados Unidos para que de manera conjunta con la Secretaría de Marina (Semar) de México, inicien la búsqueda/rescate de los tripulantes del barco M.O.I. Guadalupe con matrícula 4576714A, que regresaba de Haití luego de proporcionar ayuda humanitaria a las víctimas del terremoto que azoto al país el mes de agosto", dice la solicitud.
Spasiano contó que prosiguen las tareas de búsqueda a la que en las últimas horas se sumó un avión de la Secretaría de Marina (Semar), que junto a dos barcos de esta fuerza y un avión alquilado por la familia, están buscando a los perdidos "por todo el golfo de México", aunque sin ningún resultado.
El dato fue confirmado a Télam por el cónsul argentino en Playa del Carmen, Lautaro Filchtinsky.
"Están trabajando coordinados, buscando en áreas distintas, pero por ahora nada", dijo.
Respecto a las diferentes hipótesis que se manejan, Spasiano descree de la del desperfecto técnico, la tormenta tropical o una eventual colisión.
"Antes de que parta el barco (de México, en el viaje de ida) yo ayudé a revisarlo y no tenía desperfectos técnicos, después llegó en tiempo y forma a Haití y volvía de la misma manera, navegando en línea recta con el mar planchadísimo y el clima óptimo", dijo.
"Además, llevaba todo el equipo de seguridad y como es una embarcación enorme de 83 pies, llevaban un bote semirrígido de emergencia además de las balsas y tiene dos motores grandes, cosa que si uno tiene un problema, sigue funcionando el otro sin problemas", contó.
Por otro lado, "el clima está óptimo desde hace más de una semana", lo que Spasiano pudo corroborar cuando sobrevoló las costas de Cuba, "con visibilidad perfecta y sin olas".
Y aunque "no descartamos ninguna posibilidad", le cuesta imaginarse un escenario de secuestro porque "no hay piratería en esa zona".
La última señal
"Lo que sabemos es que 120 millas antes de Cozumel emitió la última señal el Spot Truck que es un aparato satelital autónomo que lo que hace es marcar su posicionamiento cada 15 o 20 minutos: venía haciéndolo desde que partió de Haití, incluso se ve el mapa que recarga combustible en Jamaica y retoma rumbo a México", contó.
Además, 15 minutos antes de extraviarse "habían hablado por teléfono satelital con un capitán de Miami que los llamó para ver cómo venían, y le dijeron que estaba todo normal y que les faltaba 15 ó 18 horas para llegar".
Pero a partir de las 12.35 GMT (9.35 de Argentina) del martes 28, no hubo más señales de posicionamiento y desapareció de los radares y monitores de GPS.
De su hijo, contó que había decidido ir en misión humanitaria de una congregación religiosa a Haití porque "es solidario" y estaba muy conmovido por cómo había afectado a los niños del último terremoto que dejó 2.200 muertos y porque "quiere ser marinero y está aprendiendo" el oficio.
"Antes de salir me dijo: 'Gordo, tengo que ir, esos chicos no tienen nada'. Y después me contó que se volvía con lo puesto porque regaló toda su ropa al ver que andaban desnudos por no tenían qué ponerse", contó.
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