Recorte de Milei a los fideicomisos: se frenan las obras de dos reactores nucleares y del centro de protonterapia contra cáncer infantil
Como parte de los recortes a los fideicomisos que hizo el Gobierno de Javier Milei, en la poda entraron las obras de dos reactores nucleares que tenían posibilidades reales de exportación y también la obra del centro de protonterapia para tratar el cáncer infantil, que está desarrollada en un 95% y ahora no saben si se podrá finalizar.
Así lo aseguró la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea), Adriana Serquis, que fue consultada sobre el estado de las obras de los reactores nucleares CAREM-25 y RA-10, ante rumores de paralización por la motosierra de Milei.
"Por ahora sólo los ralentizaron, porque todavía no tuvimos la posibilidad de saber cuál va a ser el presupuesto que se le va a otorgar este año para poder continuar con el cronograma con el que se venía trabajando y que se había acelerado bastante en estos últimos dos daños", destacó la científica, en el cargo desde 2021.
"Se había generado una expectativa de poder ser recontracompetitivos a nivel internacional, ya que en ambos proyectos hay muy buenos planes de negocios en cuanto a lo que son las posibilidades de exportación de materiales con alto conocimiento", señaló Serquis en diálogo con el programa "Todo en off" de radio Splendid.
Adriana Serquis, la presidenta de la CNEA, con Rafael Grossi, de la Comisión Internacional de Energía Atómica. Twitter
La investigadora explicó cuáles son los puntos críticos de los proyectos ante el anunciado recorte de gastos públicos. Y señaló que la incertidumbre sobre los reactores CAREM-25 y RA-10 es por la poda de fideicomisos que está haciendo Milei.
El CAREM-25 es un reactor modular pequeño que se encuentra localizado en la localidad bonaerense de Lima, dentro de las instalaciones de Atucha. "Lo que pasó esta semana fue que como entra dentro de la lista de los fideicomisos, que nos dijeron que no iba a entrar, estamos sin poder ejecutar ni un centavo de ese proyecto", explicó acerca de ese reactor.
"Por ese tema de los fideicomisos es que se le pidió a NA.SA, que es la empresa Nucleoeléctrica Argentina contratada para la construcción de la obra civil, que no se le podían hacer los pagos. Con lo cual NA.SA decidió que a una de las subcontratistas no continuase con esa partecita de la obra y eso implicaba despedir a 69 trabajadores. Se ha pedido una conciliación de parte de UOCRA", remarcó Serquis.
"Y el RA-10, es un reactor multipropósito que se está construyendo en Ezeiza. Se esperaba el año que viene poder empezar las pruebas de puesta en marcha. Ese reactor nos va a ampliar por diez la capacidad de radioisótopos, indispensables para toda el área de medicina nuclear, diagnósticos de enfermedades e íbamos a volver a tener capacidad de exportación", destacó la Licenciada en Física de la Universidad de Buenos Aires y Doctora en Física, graduada del Instituto Balseiro.
"El presupuesto depende de la Secretaría de Energía del Gobierno Nacional. Es un reactor que es un emblema en el mundo. El mundo está esperando a ver si ese tipo de reactores funcionan para lo que es la transmisión energética, considerar a la energía nuclear como energía limpia y con una de las mayores potencialidades en acompañar el cambio hacia tener menos emisión de dióxido e carbono y otras aplicaciones. Está en un momento en el que podría empezar a desplegarse comercialmente para empezar hacer acuerdos para tener una cadena de valor muy grande para poder ser exportada", destacó la investigadora principal del CONICET.
Los avances en el reactor RA-10. Foto Twitter CNEA_Arg
"Y estamos en veremos, se decidió suspender hasta la semana que viene la decisión de si una de las subcontratistas de INVAP, que es la empresa contratada para finalizar la instalación de los componentes del reactor, sigue. Su detención, su ralentización, implica mayores costos. Y los profesionales empiezan a ver que sus malos salarios de la CNEA hace que vean que el mundo está necesitando energía nuclear. 'Me voy a otro lado y me pagan diez veces más'", reveló sobre el ambiente científico, aludiendo a lo que se conoce como "fuga de cerebros".
Pero no solo se refirió a los reactores nucleares. La preocupación en la CNEA alcanza al centro de protonterapia, ubicado en el barrio porteño de Agronomía.
"El centro de protonterapia está en Buenos Aires con el 95% construido, falta que venga la empresa que tiene que terminar de hacer la instalación del equipo. Va a ser único en América Latina, para el tratamiento particularmente del cáncer infantil. Ante la falta de cumplir la semana pasada con el crédito que nos habían otorgado, que se tenía que convertir en pagos efectivos, ahora tenemos que pensar cómo pagar la luz y estamos con deudas de servicios", expresó Serquis.
A su vez, sobre el plan del Gobierno, advirtió: "No hay un plan nuclear entendido y no sabemos hacia dónde van. Tuve varias conversaciones, hay mucho interés sobre que estas cosas continúen pero no hay señales claras de que eso vaya a ser así, de que vayamos a tener toda la inversión que se necesita para que las cosas continúen".
"Hasta estuvimos pensando un plan para ofrecerles ir lento sin frenar. Hay un desconocimiento de qué es lo que se quiere hacer. Siempre fue política de Estado y esperábamos que continúe siendo así", sostuvo la científica, que le aclaró al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, que no quiere seguir en el cargo y que no firmará ningún despido en su área del Estado.
¿Cómo funciona la protonterapia?
Centro Argentino de Protonterapia en Agronomía
La radioterapia es un tratamiento que destruye las células cancerosas o retrasa su crecimiento, porque daña su ADN con dosis altas de radiación. La protonterapia es un tipo específico de radioterapia. En la convencional, con fotones, la energía de la radiación ionizante no se frena y va afectando las células del tejido que recorre.
Con la radioterapia de protones, que son partículas subatómicas de carga positiva, la curva de energía es invertida. Al principio es menor y se deposita menos en las estructuras sanas. Después la dosis entregada va en aumento y se produce lo que se conoce como pico de Bragg, al cabo del cual los protones se frenan por completo. Como se puede regular la profundidad donde se alcanza ese pico, se aplica un depósito de energía más alto y mucho más localizado en el tumor a tratar.
Centro Argentino de Protonterapia
"Se puede decir que los protones son proyectiles de mayor calibre y también mayor precisión: el protón tiene casi 2.000 veces más masa que el electrón y rompe estructuras moleculares, como el ADN. Los haces de protones se producen en un ciclotrón, que es un acelerador de partículas. Este aparato puede producir un haz de protones de 230 mega-electrón voltios (MeV) que penetra 32 centímetros en agua. Pero también se lo puede regular, por ejemplo, para que el haz tenga una energía de 70 MeV y se adentre exactamente cuatro centímetros", aseguró a Clarín el físico Gustavo Santa Cruz.
De esta forma, es posible enviar distintos haces para irradiar el tumor en diferentes puntos, para que reciba la dosis prescripta por el médico con una precisión milimétrica. Por estas características, la radioterapia con protones tiene menos toxicidad y menos efectos adversos, mejorando así la calidad de vida del paciente.
Comentarios (0)