"Aislana": crean estrategias comerciales para reutilizar lana de oveja como aislante en viviendas y autos
La alianza se creó en el marco de la convocatoria realizada por la Nación en el Programa Procer Universidades y de Emprendimientos Dinámicos, que potencia la vinculación y el apoyo técnico profesional a emprendedores.
Se trata de un desarrollo innovador de una familia de la localidad de La Toma quienes se contactaron con la UNSL en busca de asesoramiento para potenciar su empresa, informaron desde el área de prensa de la casa de altos estudios.
La familia, compuesta por Fernanda y Javier Dupuy -provenientes de la provincia de Santa Fe- tuvieron la idea de utilizar la lana, que protege a las ovejas de los cambios de temperatura, en su casa para hacerla más confortable y cálida.
El beneficio que encontraron es el de un material aislante de alta performance técnica y acústica, 100% natural y biodegradable y con una alta sustentabilidad, ya que la energía que se necesita para obtenerlo es apenas el 15% de lo que se necesita para obtener lana de vidrio, poliuretano expandido o cualquier fibra polimetálica, y el consumidor está beneficiando el medio ambiente cuando utiliza este tipo de producto, destacó Dupuy.
Durante el proceso comenzaron a buscar experiencias similares y se lanzaron a la práctica para elaborar un producto aislante creando "Aislana".
Actualmente realizan una presentación a granel, esto es la fibra suelta para agregarla en paredes, techos y pisos tanto de viviendas como de vehículos y en el futuro poder realizar presentaciones en manto como el clásico de lana de vidrio, como si fuesen rollos.
El emprendimiento beneficia a consumidores y productores porque se trata de poner en valor "un producto primario desvalorizado".
El vínculo con la UNSL, surgió a través de las convocatorias del Procer por el que se pusieron en contacto con los integrantes de la Secretaría de Vinculación Tecnológica y Social de la UNSL.
"Ellos fueron la incubadora de esta semilla haciendo el nexo entre los fondos de Nación y nuestra necesidad como emprendedores, hubo capacitaciones, apoyo técnico y una vinculación directa con la Universidad", recordó el emprendedor.
María Florencia Meineri y Facundo Rovira, investigadores de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales (FCEJS), trabajaron junto al matrimonio con el objetivo de obtener beneficios económicos de una materia prima que -en la actualidad- no tiene valor comercial.
"El plan de negocios ya venía con una estructura, nosotros guiamos el armado, había muchos datos sueltos, dispersos", expresó Meineri y añadió que fueron cumpliendo las etapas que Nación solicitaba: formulación, documentación, ejecución y rendición del proyecto. Así fue como se consolidó un plan de negocios constituido como un documento formal de objetivos empresariales, en este caso objetivos específicos del emprendimiento Aislana.
"Trabajamos a contrarreloj, se respondieron muchas preguntas acerca del mercado al que apunta el emprendimiento, las barreras posibles a las cuales se puede enfrentar, por ejemplo: la competencia directa e indirecta, cómo se podría diferenciar, proveedores, servicios que va a brindar, todo lo que es la estrategia comercial, la comunicación, plataforma donde se va a vender, estrategias de marketing, canales de venta, diferentes estrategias de precios, medios de pago a aceptar, tipos de financiamiento, todo esto sumado al plan de inversiones que se fue haciendo en forma muy detallada a partir de las necesidades concretas", detalló la profesional. (Télam)
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