Con mucho calor y sin lluvias, ya se perdieron 4 millones de toneladas de maíz en el país
La primera estimación de producción de maíz realizada por la Bolsa de Comercio de Rosario arrojó un saldo negativo. Según la entidad, con la cantidad de hectáreas sembradas finalmente con ese cereal -luego de superar los temores por la chicharrita- la Argentina podría esperar unas 52 millones de toneladas al terminar la cosecha. Sin embargo, por las condiciones climáticas de las últimas tres semanas, caracterizadas por muy pocas o nulas lluvias y altas temperaturas constantes, ese nivel de producción caerá al menos en 4 millones de toneladas y se ubicará en torno a las 48 millones de toneladas. Pero además, la Bolsa advierte que también caen las expectativas en torno a la soja, ya que la soja de segunda está muy comprometida.
De acuerdo al trabajo elaborado por Cristian Russo, las imágenes de anomalía de las reservas de agua en los suelos de esta semana respecto de la del 11 de diciembre muestran un cambio que se ha dado muy rápido y que ha puesto en dificultades sobre todo al maíz temprano. A partir de la segunda quincena de diciembre empezó a dejar de llover. Las lluvias habían vuelto a Argentina a partir de la segunda quincena de octubre. Hubo una recuperación hídrica muy importante, con lluvias que habían ganado en volumen, cobertura y que tenían casi presencia semanal. “Lamentablemente, las tormentas se interrumpieron a partir de la segunda quincena de diciembre, aunque en muchas zonas de Buenos Aires esto comenzó incluso en noviembre. Este comportamiento se fue agravando en el centro del país, particularmente en el norte bonaerense, expandiéndose al resto de la región pampeana”, explica el trabajo.
Solo algunas zonas del oeste y el sur de Buenos Aires recibieron algo más de lluvias en enero.
“El mapa de precipitaciones de diciembre ayuda a entender el impacto que ha tenido la falta de agua en el maíz temprano, ya que definía rendimientos entre la segunda quincena de diciembre y la 1ra de enero. Hay que tener en cuenta que para buena parte del área representada son las últimas lluvias registradas hasta la fecha”, remarca la Bolsa. También destaca que buena parte de Buenos Aires quedó con lluvias de alrededor de 30 milímetros cuando la media mensual de diciembre supera los 110.
“Lamentablemente, ya se cumple un mes sin milímetros significativos que den auxilio para cortar los descuentos cuando el maíz transita en estos días un golpe de calor con una humedad relativa muy baja. Aparte del impacto en el cultivo, es una muy mala señal que anticipa que las próximas lluvias no dejarían los milímetros necesarios”, explica Russo en el informe.
Con el pasar de los días se confirma el frente frío que tanto se espera por las lluvias, pero los pronósticos aseguran que se tratarían de acumulados muy moderados en el centro del país. Lamentablemente, temperaturas extremas, baja humedad relativa, días de vientos continuos y una radiación con valores de watts también extremos se han alineado negativamente en el momento más crítico del maíz de primera, sobre todo para los maíces sembrados en la segunda quincena de octubre. El resultado de todo esto es que, con un área de cosecha de 6,5 millones de hectáreas, lo que bajo un escenario normal podría haber producido 52 millones de toneladas, esta primera estimación maicera arroja 48 millones. De confirmarse, respecto al año pasado, la caída de la producción de maíz sería de 8,5%.
Vale recordar que en la siembra de la campaña 2024/25 hubo mucha incertidumbre por la chicharrita, por lo que la siembra maicera habría caído un 24% respecto del ciclo 2023/24 y se impulsaron las siembras tempranas, razón que acentúa el impacto de la falta de agua. Se considera que este año las siembras realizadas después del 15 de noviembre, las llamadas siembras "tardías", representan el 60%, cuando el año pasado superaron el 65%.
Lo cierto es que la posibilidad de sostener la producción del maíz dependerá de las lluvias y el desarrollo que logren alcanzar los maíces de las siembras tardías y el impacto que tengan las siembras posteriores al 15 de diciembre por spiroplasma. Hasta el momento no hay una presencia significativa de chicharrita en el centro del país, aunque sí se la ha detectado en Chaco y Santiago del Estero, dónde se están haciendo las aplicaciones tempranas de control en el cultivo.
Finalmente, en ese contexto complejo, en Córdoba el maíz se mantiene con buenas expectativas y es donde mejor está el cultivo, aunque también necesita de la pronta llegada de precipitaciones para sostener el nivel estimado de rindes.
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