Diez años sin Amy Winehouse: una diva fuera de su tiempo
Amy Winehouse, la fulgurante artista que a comienzos de este siglo revitalizó con su inigualable talento ritmos como el jazz y el soul, y recuperó espacios para las mujeres en el ámbito musical a través de su presencia escénica, era hallada muerta en su departamento de Londres el 23 de julio de 2011, a los 27 años, a causa de una excesiva ingesta de alcohol.
Dueña de una potente y expresiva voz que supo transmitir sus más profundos sentimientos, por la que se la llegó a comparar con las legendarias Billie Holiday y Sarah Vaughan; y de una ajetreada vida marcada por demonios internos que buscó eludir con el consumo de drogas y alcohol, esta artista rememoró en el amanecer del siglo XXI las trágicas parábolas de las grandes figuras femeninas de la historia del jazz.
Pero además, Amy Winehouse no solo recuperó y proyectó en la nueva era sonidos que habían sido relegados por el pop y la electrónica para las nuevas generaciones; sino que además provocó una nueva forma de empoderamiento al permitir con su éxito la aparición de figuras como Adele y Lady Gaga, entre otras.
Su sorprendente voz, su desgarradora pluma para expresar su sentir, la sinceridad de su arte y su estética fueron las grandes claves de un éxito coronado con su monumental y multipremiado segundo disco, "Back to Black", producido por Mark Ronson, tras su debut de 2003 con "Frank".
La áspera canción que le dio el título al disco, la confesión y declaración de principios de "Rehab", la dolorosa "You Know I´m No Good" o títulos como "Love Is a Losing Game" y "Tears Dry on Their Own" son algunas de las composiciones que recordaron al sonido Motown, aunque con un grado de crudeza y honestidad más cercano a la canción jazz cultivada por Holiday y Vaughan, entre otras divas del género.
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