¿Cómo controlar los gastos?

¿Cómo controlar los gastos?

¿Cómo salir de deudas de una manera inteligente?¿Es posible ahorrar en tiempos de inflación? ¿Qué hacer con el plan de ahorro del auto? ¿Cómo juntar pesos y pagar un viaje al exterior? ¿Puedo invertir teniendo un sueldo promedio? ¿Cómo comprar en el súper mayorista? Estas son algunas de las miles de consultas en el canal de difusión de una cuenta en Instagram destinada a las mujeres, especializada en finanzas personales. Comparte las preocupaciones de muchas de nosotras, que manejamos con mayor o menor conciencia los ingresos y gastos en un contexto económico que nos sorprende semana a semana, y una realidad cultural que nos ubica, por género, en desventaja.

De acuerdo con un informe publicado este año, la brecha salarial entre hombres y mujeres alcanza el 27,7%. Las mujeres ocupadas debieron trabajar 8 días y 10 horas más que los varones para ganar lo mismo en un mes.

“En comparación -mismos puestos- ganamos menos, pero además, estadísticamente, si sumamos el total de ganancias en relación con los hombres, el resultado es que nosotras percibimos un 30 por ciento menos. Ese porcentaje representa una diferencia muy importante”, opina Sofía Irina Cueva, comunicadora y estudiante de Economía en la UBA, creadora del sitio Feminanzas.

Las mujeres -según la publicación de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género- nos insertamos en ramas menos valoradas y dinámicas, lo que resulta en salarios más bajos. También son distintos los tiempos y tareas asociadas que poseen los hombres y mujeres, lo que lleva a que ellas tengan menos tiempo para el mercado laboral y por lo tanto accedan a trabajos de menor carga horaria y mayor flexibilidad. Esos puestos suelen tener salarios más bajos y condiciones de contratación más precarias. En este marco, la crisis económica afecta mucho más a las mujeres que a los hombres.

Clave: ganar más

Hablemos de dinero se titula el canal de difusión por Instagram de Mujer Financiera (@mujerfinanciera), empresa de tecnología fundada por Sabrina Castelli. El enunciado invita a preguntarnos cuál es la relación de las mujeres con el vil metal. “El mundo del dinero nos suele ser ajeno. En nuestra cultura, por el machismo, no nos animamos a hablar de plata, y el manejo descansa en otras personas”, reflexiona Paloma Bokser, periodista especializada en economía e influencer (@palomabok). “No hablamos entre nosotras y en el ámbito laboral sucede que nos desvalorizamos. Por ejemplo, al tener una entrevista de trabajo solemos pedir menos de lo que seguramente merecemos”.

En contextos económicos desfavorables, esta posibilidad se acentúa. “En vez de pensar en gastar menos, es útil empezar a pensar en ganar más”, propone Sofía Irina Cuevas (@feminanzas). “Es importante adquirir herramientas para negociar el salario; obviamente, hay contextos en los cuales no se puede pedir más dinero, pero también ocurre que nos cuesta valorar nuestro trabajo, que seguramente hacemos bien y es necesario, por el que pedimos poco o, incluso, brindamos gratis. Entonces debemos valorar desde el tiempo, nuestro trabajo y negociar siempre hacia arriba. El contexto social y cultural actual ya supone una desventaja, pero con herramientas tenemos más posibilidades de crecer y de tener mayores ingresos. Recomiendo aprender cómo negociar salarios y obtener mejores pagas, fijarnos en qué rubros se cobra más y capacitarnos para el acceso”.

Ante el aumento de precios y la percepción de la desvalorización del dinero, la actitud lógica es la de recortar gastos; sin embargo, podemos sumarle la perspectiva expuesta.

Conocé tu presupuesto

En el conocimiento de las finanzas personales, el primer paso es la confección de un presupuesto mensual: cuánto se gana y cuánto se gasta. Parece sencillo, pero puede tomar un tiempo encontrar la forma de registrarlo. Ayudan las Apps y tablas en Excel para la identificación de tipos de gastos (fijos, variables, entre otros). Tomá nota: Monefy y Dollar Bird. También hay entidades financieras que tienen aplicaciones incorporadas, como la billetera virtual Ualá, y empresas de tecnología con fines educativos, como es el caso de Mujer Financiera.

La fundadora de GT Educación Financiera y docente en InvertirOnline, Gabriela Totaro, sostiene que “un presupuesto es la principal herramienta para que las finanzas personales tengan un orden. Si uno no sabe cuánto ingresa y cuánto gasta, se hace muy difícil llevar un control saludable y entender por dónde se va el dinero”. Al principio, el armado del presupuesto ideal debería ser diario -aconseja Totaro-, para tomar rápidamente el control de las finanzas. Y repetirlo durante 21 días, porque en ese lapso se irá convirtiendo en un hábito y luego se podrá sostener en el tiempo.

¿Cómo afrontar estos gastos en épocas de crisis? Con la inflación, cada mes cambian tanto los variables como los fijos. Otra consecuencia es la dispersión de precios, o sea, la venta simultánea de un mismo producto a distinto valor. En el rubro de los alimentos, “la variación de un punto de venta al otro puede ser del 30%”, explica Bokser. “La realidad es que compramos donde podemos; no obstante, si pudiéramos planificar allí tenemos un ítem de ahorro. La proyección requiere de tiempo para buscar precios -puede ser por la web- y el esfuerzo extra de hacer las adquisiciones en distintos supermercados”. Si agregamos las promociones por día que ofrecen algunas tiendas con la devolución del IVA, tenemos un plus de descuentos.

Sincerarse respecto de los gastos y reconocer aquellos prescindibles, es necesario para detectar oportunidades de ahorro. “Los gastos fijos se calculan más fácilmente que los variables; para eso, nos sirven las Apps que ayudan a sumar los gastos cada día y agruparlos por categorías”. De esta manera, a fin de mes podemos observar los números, analizarlos y tomar algunas decisiones. Ojo, no se trata de recortes, sino de cambios de conductas y compras relacionadas con algunas actividades. “La vida es para disfrutarla -dice Bokser-. Es posible modificar un hábito sin privarnos de gratificaciones. Por ejemplo, si al salir de terapia paramos en el kiosco a comprar una barra de cereal, puedo prever ese gasto, o sea: adelanto la compra con una caja que trae doce barritas en el supermercado, lo cual supone un ahorro”. En el listado de los gastos prescindibles se encuentran las cosas que finalmente no usamos o aquellas que solo compramos por comprar. ¿Te sentís identificada?

“Es importante reducir los gastos innecesarios, -apunta Cueva-. Por ejemplo, si te gusta tomar café afuera todos los días, con todo ese dinero a fin de año, podrías comprar un pasaje a Nueva York. Entonces quizá así te diste cuenta de que podés hacerte esa infusión en tu casa, y no advertías hasta qué magnitud estos gastos hormiga iban sumando. Si bien ahorrar no es sencillo, incluso teniendo ingresos altos no se logra. Un punto fundamental radica en que para ahorrar se requiere del conocimiento de nuestras emociones. Lo que sugiero a mis alumnas y alumnos es que no siempre el ahorro implica un sacrificio. Porque hay personas que gastan en cosas que realmente no querían, lo hacen por impulso, y entonces una vez que hacen su presupuesto, les da miedo porque no quieren ver sus gastos. Pero, tal vez, pueden gastar menos en cosas que no necesitaban y sí en algo que les brinde mayor placer”, puntualiza.

Tarjeta, ¿sí o no?

Los plásticos de crédito son un aliado en estos tiempos, cuando las cuotas son fijas o con un interés cuyo costo financiero total sea menor a la inflación proyectada. En todo caso, por la depreciación de la moneda. Su utilización como modo único de pago, sin embargo, depende de tu relación con el dinero. “El tema de la tarjeta de crédito es complicado. En mi caso, la uso para todo, porque en un contexto inflacionario es una oportunidad pagar más adelante cuando el dinero vale menos. Trato de pagar todo con tarjeta y mientras tanto voy invirtiendo. Pero no recomendaría este sistema si no tenés claro tu presupuesto y en qué gastás, porque hay personas que se descontrolan; entonces, lo que propongo es aprender educación financiera y, una vez que adquirís control sobre tu economía y observes que tenés margen, recién ahí utilizar la tarjeta como una herramienta para invertir, hacer tasa y usar la inflación a tu favor. Pero no la sugiero si no se puede ahorrar o vas a endeudarte en cosas que no se van a poder pagar. En esos casos, aconsejo dejar la tarjeta escondida hasta aprender a usarla”.

Para compras como regalos e indumentaria, “conviene comparar el pago en efectivo con las promociones que se pueden sumar. Por ejemplo, los descuentos que ofrecen algunos bancos con sus tarjetas y el pago con billetera virtual”, apunta Bokser. En las salidas, un tip a tener en cuenta: los menú fijos de los restaurantes para el almuerzo. También los descuentos de las tarjetas de los diarios, los cuales se pueden emplear para cine y teatro. Desde las Apps de las compañías para celular, de las estaciones de servicio y hasta de las prepagas, se consiguen descuentos para hacer compras.

Una vez realizado el análisis del presupuesto, se puede empezar a pensar en cómo ahorrar. Claro, salvar dinero resulta más divertido con un objetivo. ¿Cuál es mi deseo: ordenar los gastos, mudarme, viajar o comprar un auto? Definida la meta y el plan, el siguiente paso son las inversiones, desde las que ofrecen las billeteras virtuales, los bancos, las y los brokers. El objetivo es aumentar los ahorros mediante la inversión.

En este punto se abre otro universo que también requiere de algunos saberes específicos. Pero en redes, blogs y campus virtuales se hace accesible para todas a partir de materiales educativos, cursos y herramientas. Sin dudas, es muy diferente de lo que se podía imaginar muchos años atrás, cuando a los niños se les regalaba un chanchito con ranura de madera, plástico o metal para colocar las moneditas que les regalaban padres, tías y abuelos y así cumplir un sueño de compra en el futuro. El presente es más dinámico y lo único seguro es el cambio.