El curioso nombre de un pueblo desértico de la Argentina en el que vive una sola familia

El curioso nombre de un pueblo desértico de la Argentina en el que vive una sola familia

En la región de cuyana de la Argentina existe un pueblo desértico de nombre curioso en el que vive apenas una sola familia alejada de la electricidad y de los servicios básicos para la substancia como lo son el agua y el gas. 

Se trata de Matagusanos, una localidad de la provincia de San Juan que fue fundada en 1930, cuando los tiempos de bonanza que trajo el ferrocarril conectaron un montón de pueblos a lo largo y a lo ancho de todo el país y les permitieron tener una economía sustentable.

Matagusanos está ubicado sobre la icónica Ruta Nacional 40 en el norte de San Juan en el tramo que une la capital provincial con San José de Jachal. Se trata de un pueblo que no cuenta con atractivos turísticos, pero sí históricos

Allí vive una sola familia de apellido Díaz, que se dedica a la cría de animales y vive gracias a los alquileres que les paga Vialidad Nacional, pero que no cuenta con electricidad ni agua potable. Para suplir esas carencias colocó paneles solares y recibe a menudo bidones de agua potable de la Municipalidad local. 

Si bien no existe una teoría oficial que certifiqué porqué le han colocado Matagusanos a esta localidad, los Díaz aseguran que tiene que ver con que la fuerza del sol y lo seco del ambiente hace que la vida sea allí difícil hasta para los gusanos

La historia de Matagusanos

Este poblado sanjuanino vivió su época de esplendor a partir del 1° de diciembre de 1930 cuando se instaló la estación de ferrocarril local y época en la que se construyeron casas y uh área de servicios pensada para atender a quienes viajaban en esta línea que pertenecía al Ferrocarril Belgrano. 

El Terremoto de San Juan de 1944 hizo mella con sus daños en esta localidad y para 1960 el tren de pasajeros dejó de pasar por allí como consecuencia, ese fue el comienzo del fin para este pueblo debido a que sus habitantes comenzaron a abandonarlo hasta que se volvió prácticamente “fantasma”. 

NA