Crece la tasa de suicidios: para prevenir hay que hablar

Crece la tasa de suicidios: para prevenir hay que hablar

En la actualidad, el suicidio emerge como una problemática que requiere atención urgente e integral: el incremento en las cifras en la provincia subraya la necesidad de romper el tabú con relación a este tema. Durante el mes de diciembre del 2024 se registraron 27 suicidios en la provincia, según el informe del Observatorio de Seguridad y Convivencia, lo que representa una tasa de 0,69 suicidios por cada 100.000 habitantes. La tasa más alta se dio en el departamento de Río Cuarto, fue del 3,13 y superó ampliamente el índice del resto de las regiones como Calamuchita (1,29), Juárez Celman (1,37), Santa María (1,57), Tercero Arriba (1,61) y Río Primero (1,77).

Según coincide la mayoría de los especialistas, la falta de diálogo y la estigmatización del suicidio llevan a la falta de apoyo para quienes enfrentan crisis emocionales. Abordar este tema de manera integral es esencial para implementar estrategias efectivas de prevención y ofrecer apoyo a las personas en riesgo.

“Nadie se mata porque quiere morir, quien se suicida quiere dejar de sufrir”.

La lic. en Psicología Magdalena Losada, voluntaria de la fundación Empesares, en diálogo con Puntal, analizó la problemática: “El aumento de la tasa de suicidios es una tendencia a nivel global, sobre todo luego de la pandemia. Es alarmante. Si lo comparamos con cifras publicadas anteriormente, las provincias con tasas más altas de suicidios eran San Luis, Catamarca, Entre Ríos y La Rioja. Ahora ingresa Córdoba a ese listado. Hay que tener en cuenta que en las cifras oficiales no se incluye otra gran cantidad de casos que no son informados debido al tabú que se genera con relación al suicidio vinculado a los mitos que giran en torno a este tema”.

“Creo que como sociedad nos cuesta legitimar el dolor ajeno”.

Otro dato que brinda el informe refiere a que la mayoría de las personas eran de sexo masculino y tenían entre 26 y 50 años. “La mayoría de los suicidios que se dieron en Río Cuarto han ocurrido en ámbitos deportivos y eso nos brinda un dato relevante que es la necesidad de trabajar de forma interdisciplinar, el suicidio es multicausal, está atravesado por un montón de circunstancias, hay un montón de factores que se conjugan y es lo que hay que poner sobre la mesa cuando hablamos de suicidio. No es que no había contención en casa, no es que esa persona estaba sola, no es tan lineal la cuestión”, reflexionó Magdalena y añadió: “Es importante hacernos responsables como sociedad; las tasas de suicidio siempre indican que se suicidan más hombres que mujeres. Creo que este dato tiene que ver con que nos cuesta como sociedad legitimar el dolor ajeno, esto de decir: 'Vos tenés todo: la casa, el perro, el auto, no podés estar mal'. Lo que para mí no es un problema, para el otro puede ser una situación dificilísima de atravesar, entonces hay que legitimar ese dolor y hay que estar presentes, brindar asesoramiento, formar redes de ayuda y contención. Estamos preguntando lo suficiente: '¿Cómo estás?'. A los demás es importante hacer estas y otras preguntas incómodas que ayudan a quienes están atravesando por un mal momento a hablar y sentirse más aliviados. Nunca falta, cuando alguien está mal, una mirada juiciosa y eso es lo que menos necesita una persona que está sufriendo. Nadie se mata porque quiere morir; el que se mata es porque quiere dejar de sufrir. Si nos enfocamos en el sufrimiento, de los millones de miradas que hay en el mundo, aunque sea una que presta atención, resignifica por completo la realidad de esa persona que está sufriendo”.

Necesidad de un abordaje interdisciplinario

La Ley Nacional 27.130 de Prevención del Suicidio fue sancionada en 2015 y tiene como objetivo, además del tratamiento interdisciplinario e interinstitucional de la problemática del suicidio, el desarrollo de acciones y estrategias para lograr la sensibilización de la población y la promoción de la creación de redes de apoyo de la sociedad civil a los fines de la prevención, la detección de personas en riesgo, el tratamiento y la capacitación. Al respecto de la labor del personal de salud para detectar y abordar crisis suicidas, Losada afirmó: “La primera responsabilidad que tenemos, ya sea el sistema de salud como los profesionales que trabajamos por fuera del sistema, es el compromiso de la interdisciplina. No puede una institución, ya sea pública o privada, al recibir a una persona por intento de suicidio, medicarla, mandarla a la casa y pedirle que vuelva al otro día, porque al otro día se mata. Tenemos que trabajar articuladamente con los organismos gubernamentales, con las distintas instituciones que trabajan con la temática, espacios de contención y con la ciudadanía en general. Armar redes interdisciplinarias para brindar contención”.

Hablar para prevenir

Uno de los mitos vinculados al suicidio es la creencia de que hablar sobre el tema puede incitar a alguien a quitarse la vida, cuando en realidad sucede lo contrario. Estos prejuicios hacen que muchas personas no se sientan cómodas compartiendo sus emociones.

“Creo que no se habla del tema porque hay un gran desconocimiento. Hay poca formación en las universidades, hay poca teoría sobre cómo abordar y cómo acompañar. Y, por otro lado, también somos sujetos atravesados por propios dolores y problemas; nos cuesta mirar hacia un costado y reconocer que otra persona la puede estar pasando mal. Como sociedad tenemos esa tendencia a mirar hacia nuestros propios intereses que lleva a una imposibilidad de sostener y acompañar al otro.

Tenemos que llevar el tema a las mesas familiares, hablar de esto, dejar de lado tabúes y mitos. Cuanto más lo podamos decir en voz alta, más personas van a poder hacer consciente este tema y van a poder hablar”, finalizó la licenciada Magdalena Losada.