Análisis de “Mafia: Definitive Edition”: Alto nivel técnico y visual, pero los mismos errores del pasado

Análisis de “Mafia: Definitive Edition”: Alto nivel técnico y visual, pero los mismos errores del pasado

El primer título de la franquicia Mafia tuvo la “mala suerte” de salir en una época en la cual Grand Theft Auto 3 era unos de los títulos más jugados y populares de la industria. El videojuego de Illusion Softworks dio algunos pasos hacia atrás con respecto a sus pares y –también por sus propios errores, de los cuales no está exenta esta remake– terminó quedando a la sombra de la fórmula que definiría Rockstar, a base de los grandiosos GTA, para los juegos de mundo abierto.

Después de 18 años, Hangar 13 y 2K Games decidieron revivir el videojuego que le dio nacimiento a una franquicia que ha sabido levantarse con el paso de los años, pero que jamás ha tenido la fuerza suficiente como para instalarse al nivel de un clásico en la cultura gamer; incluso, hasta podría decirse que a esta altura del partido ya es considerada como un producto de culto. No es que los Mafia sean juegos particularmente malos, de hecho no lo son para nada. Simplemente siempre han estado opacados por títulos que ejecutaron mejor sus propias ideas, entre ellos, todas las entregas de Rockstar.

Primero lo primero. Mafia Definitive Edition se trata de una remake; aunque lejos está de ser una reimaginación conceptual profunda del título del 2002. Es que en una época en la cual las remasterizaciones y este tipo de re-ediciones se han convertido casi en moneda corriente para la industria, esta edición definitiva no termina de patear el tablero para solucionar los errores de la entrega original. Es más, termina tropezando nuevamente con las mismas piedras que en aquel entonces.

25/09/2020 Mafia: Edición Definitiva
POLITICA 
2K

25/09/2020 Mafia: Edición Definitiva POLITICA 2K

Si se hiciera una comparativa a pantalla dividida entre la versión original y la definitiva, apenas podrían encontrarse similitudes. Poco quedó del limitado y arcaico diseño del 2002 (tan sólo se mantuvieron algunas tomas cinematográficas y ciertos guiños de dirección de fotografía) ya que, hablando estrictamente de lo artístico, Hangar 13 diseñó desde cero cada calle, personaje y vehículo para poder revivir y aggiornar a los tiempos que corren un producto que no envejeció para nada bien. El resultado a primera vista es asombroso y es un deleite poder revivir algunos momentos con tanta calidad y cuidado al detalle. Pero un buen juego –en esta caso en particular– necesita más que verse bien.

Mafia es una clásica historia de gangsters y mafiosos italianos, a lo largo de la cual se producen oscuros negociados, infinitas balaceras, explosiones por doquier e, infaltable para el género, muchas traiciones. De hecho todo comienza con una deslealtad a cargo del protagonista, Thomas Angelo, contra su propio jefe. Haciendo uso del flashback como columna vertebral de todo el relato, se van a ir desentramando los pormenores que impulsaron a “Tommy” a atentar contra el capo di tutti capi mientras busca, a cambio de la información que le está entregando a los federales, la protección para él y su familia.

El principal problema que tenía la versión original, y que por consecuencia hereda esta remake, es que más que ser un juego de mundo abierto, Mafia solamente transcurre –valga la redundancia– en un mundo abierto. ¿Cuál es la diferencia? Que todo el extenso mapa, lleno de detalles, recovecos y callejones rebosantes de vida, se siente desaprovechado al no existir motivo alguno para recorrerlo más que el sólo hecho de poder disfrutar de su diseño. No existen misiones secundarias, los coleccionables escasean y no hay mucho para hacer realmente a lo largo y ancho de toda la ciudad.

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Ni siquiera la campaña principal invita a perderse entre las calles de Lost Heaven, ya que hay un esquema muy lineal de misiones para las cuales se podría haber prescindido completamente de un mundo tan extenso. Después de casi 20 años, en los cuales la industria ha avanzado de manera estrepitosa –positivamente hablando–, hay salvedades que no pueden dejarse pasar por alto en un juego que intenta transmitir una sensación de profundidad que se desvanece ni bien el jugador tiene un poco de libertad. Haber mantenido todo tan al pie de la letra, lúdicamente hablando, le termina jugando en contra y me hace pensar si realmente vale la pena invertir tanto en algo que se ve tan bien, pero que se siente un poco viejo a la hora de sentarse a jugar.

Con el párrafo anterior no quiero decir que porque el juego sea lineal éste termine siendo malo; de hecho no lo considero así absolutamente para nada. La narrativa, con algunos personajes entrañables y momentos épicos, acompañados por un apartado visual que hace que todo sea mucho más disfrutable, es uno de los grandes bastiones que tiene Mafia: Definitive Edition. Y aunque el diseño de las misiones está bastante chapado a la antigua –ir del punto A al B, tirotearse con la policía o la banda enemiga y volver al “cuartel”–, la gran historia de traiciones y oscuros arreglos es motor suficiente como para poder cumplirlas todas sin decir ni “mu”.

Uno de los estandartes de la saga siempre fue el realismo que se propuso llevar a cada uno de sus apartados y es uno de los detalles mejores logrados de todo el juego, el cual potencia de sobremanera la propuesta original. La respuesta de los vehículos ha mejorado considerablemente –calcular la distancia de frenado conduciendo a alta velocidad debe ser lo más difícil en todo el título– y el retroceso de las armas y su precisión se siente mucho más acorde a las circunstancias. Incluso las interacciones con la policía se pulieron mucho más, haciendo que los agentes juzguen con mayor precisión el nivel de conducción del jugador. Pero donde sí hace un poco de agua la inteligencia artificial de los enemigos es a la hora de los tiroteos; siempre buscarán cobertura y no harán más que salir de ella y disparar. No intentarán rodear las posiciones ni mucho menos adaptarse a nuestra forma de jugar.

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Mafia: Definitive Edition es un híbrido entre una remake hecha con mucho empeño y otra con un desarrollo vago en cuanto a la propuesta jugable. Técnicamente es casi perfecto y resulta increíble ver como se pudo recrear el mundo de una manera tan impecable y con tanto lujo de detalle. Pero toda esa espectacularidad visual y técnica choca de frente con una ciudad vacía que no tiene la suficiente vida como para sacarle el jugo a todo el trabajo que esta adaptación tiene encima; sumado a un diseño de misiones que deja ver algunas canas de una fórmula vetusta que no ha envejecido como debería.