Así ha quedado el Antónov An-225, el avión más grande del mundo destruido por los rusos

Así ha quedado el Antónov An-225, el avión más grande del mundo destruido por los rusos

El domingo trascendió que el Antónov An-225, el avión más grande del mundo con sus 88,40 metros de envergadura y 84 de longitud, había sido destruido en uno de los ataques rusos al aeropuerto ucraniano de Gostomel, situado a escasos kilómetros de Kiev. La noticia consternó a los aficionados a la aviación, que consideraron su pérdida como una tragedia al existir solo una unidad en todo el mundo. La falta de imágenes claras sobre el estado del avión hicieron albergar esperanzas de que, a pesar de los previsibles daños, el An-225 quizá podía ser restaurado. Esa confianza, sin embargo, se ha venido abajo después de que un vídeo de la cadena televisiva rusa Pervy Kanal haya revelado la gravedad del estado en que se halla el gran titán de la aviación ucraniana, con su parte delantera prácticamente destruida.

 

A pesar de las imágenes de destrucción del aeropuerto de Gostomel y, en concreto, del gigantesco hangar en el que se guarecía el Antónov An-225, la propia compañía Antónov se negó a dar al avión por perdido a la espera del estudio técnico de los expertos. "Hasta que no haya sido inspeccionado, no podemos informar del estado de la aeronave. Por favor, esperad a los anuncios oficiales sobre el estado del avión", afirma la empresa en su cuenta de Twitter:

 

El Antónov An-225 Mriya (sueño, en ucraniano) era una de las joyas de la aviación mundial, con sus seis motores y su tren de aterrizaje de 32 ruedas, poseedora del récord mundial de transporte de carga aérea, con 189,9 toneladas en un solo vuelo. Fruto de un proyecto militar soviético de los años 80, el An-225 voló por primera vez en diciembre de 1988. Su objetivo era poder transportar sobre el fuselaje los transbordadores espaciales soviéticos Buran. El proyecto, sin embargo, se detuvo con el colapso de la Unión Soviética y el final obligado del programa Buran. Solo se llegaría a construir una unidad y parte de una segunda, de la que solo se completó su enorme carcasa metálica en un 70% y de la que, a día de hoy, se desconoce su estado real. Hasta enero de 2002, el único An-225 no haría su primer vuelo comercial, operado por Antónov Airlines: un vuelo Stuttgart-Omán cargado de comidas preparadas.

La evidente destrucción del Mriya y las desoladoras imágenes del hangar del aeropuerto de Gostomel donde se guarecía contrasta de forma dolorosa con el flamante aspecto que ofrecía la aeronave y sus instalaciones antes de la invasión rusa de Ucrania: