Riocuartense rodará una película sobre la masacre del Banco Popular Financiero

Riocuartense rodará una película sobre la masacre del Banco Popular Financiero

A meses de que se cumplan 35 años de la masacre del Banco Popular Financiero (que le costó la vida a 6 trabajadores), ocurrida el 16 de septiembre de 1987 en el local ubicado en la esquina de Calasanz y bulevar Roca, avanza con fuerza el proyecto para filmar una película sobre el sangriento episodio que generó un antes y un después en Río Cuarto. Lucas Boiero, director del film, habló con Puntal sobre la importancia de abordar este luctuoso hecho a través de un largometraje y señaló que los familiares de las víctimas están contentos con la propuesta.

-¿Cómo surgió la idea de hacer una película sobre el Banco Popular Financiero?

-Soy oriundo de Río Cuarto. Cursé todo el secundario en las Escuelas Pías, al frente del banco. Es decir, la puertita por la que entraban al banco la tuve enfrente durante años. Siempre estuve conectado al caso. De hecho, todo Río Cuarto, por un lado o por el otro, está vinculado al Banco Popular Financiero. Hay como un mito urbano en el que muchos dicen que ese día justo iban a ir al banco y ese tipo de cosas. Durante todo el tiempo que llevo haciendo la investigación todo el mundo que habla se siente parte. Más allá de eso, siempre tuve clara la idea de querer desarrollar algo para la ciudad desde el punto de vista audiovisual.

-¿Es tu primera película sobre un tema vinculado a Río Cuarto?

-Sí, es así. Es la primera que vamos a trabajar y desarrollar en la ciudad. De igual modo, los tiempos del cine no son los tiempos que tiene en la cabeza la gente. Nosotros venimos trabajando sobre el proyecto desde hace años. A partir de las investigaciones que he realizado y a través de las entrevistas con los hijos de las víctimas, el abanico de opciones, teorías y posibilidades se va abriendo cada vez más.

-¿Cómo han tomado las familias la idea de hacer la película?

-He hablado con la hija de Denner, con Vanesa Garay y con la hermana de Muzzio. Hemos hecho entrevistas por Zoom, en las que les hemos contado que estamos en fase de desarrollo del guión, que hay escritura y sobrescritura, correcciones y miles de cosas vinculadas al proceso del cine. Eso es muy dinámico. Los familiares han tomado muy bien el proyecto de la película, han aportado todos sus puntos de vista. Les gustó la idea. El fin de filmar una película sobre el tema es dejar algo que quede para siempre y que la gente pueda sacar sus propias conclusiones. Desde ese punto de vista, están conformes y agradecidos de que tomamos la bandera del caso.

-La película será una ficción basada en hechos reales, ¿la idea es contar lo que pasó o dilucidar lo que motivó la masacre?

-El móvil o el motivo de la masacre lo conocen únicamente los que cometieron el hecho. Hay dos personas que aún están con vida (Miguel Ángel Salinas y Francisco “Pancho” Nievas). Si ellos no hablan, el verdadero móvil del hecho no se va a saber nunca. Sí hay teorías sobre lo sucedido, por eso decimos que va a ser una ficción basada en hechos reales que son historias de vida que se van cruzando y que permiten ver los porqué. Los expedientes judiciales son voluminosos. Asimismo, el libro de Lionel Gioda (Banco chico, infierno grande) está muy bien hecho. Es un compendio del expediente. Nosotros hemos investigado más, sobre todo lo que pasaba con la Policía de esa época y el contexto del año 87, que fue muy vertiginoso para la Argentina. Se abre un abanico impresionante sobre un montón de cosas.

-¿Has podido hablar con Salinas y Nievas?

-Hay una línea para tratar de ver si quieren hablar, pero por ahora está todo muy hermético.

-¿Qué repercusiones esperan respecto a la película?

-El caso es muy sensible y lo tenemos claro. Puede gustar o no, pero lo importante es que se ponga en boga el tema, es decir, que se ponga sobre la mesa lo que ocurrió. Estamos hablando del crimen bancario más grande de Sudamérica. Para ejecutar una masacre como la del banco hay que no tener conciencia de la realidad o contar con algún tipo de inmunidad.

-¿Se filmará íntegramente en Río Cuarto?

-Eso se está evaluando. Ahora se está reviendo el guión para ver dinámicas de giro, nudos y locaciones para después trabajar de lleno sobre la preproducción. Todo depende de las posibilidades y de cuestiones económicas para definir qué es lo que se va a rodar en Río Cuarto. Hay que ver si se rueda la totalidad o ciertas partes de la película. Soy de la idea de que el cine tiene una parte muy chiquita de arte, el resto es industria. Cada película que uno hace obliga a pensar en logística, gastronomía, iluminadores, eléctricos, maquilladores, vestuaristas, foquistas, cámaras, asistentes de cámaras, producción, etcétera. Entonces, cada película es una pyme. En este caso, va a haber que hacer adaptaciones, pese a que no estamos tan lejos en el tiempo.

-¿Ayuda el hecho de que el edificio del banco todavía esté en pie y que el entorno no haya cambiado tanto en los últimos 35 años?

-Sí, ayuda. Asimismo, nosotros queremos hacer algo que no caiga solamente en el localismo de Río Cuarto. Queremos hacer algo que resulte interesante para todos. En Río Cuarto se sabe lo de la masacre porque es un tema sensible para la ciudad, pero uno va a Córdoba y se desconoce. Cuando ocurrió, no había redes y los medios eran otros, por lo que el caso quedó ahí. Por eso, la idea es que no quede como un producto totalmente localista y que una vez que se desarrolle tenga su expansión.

-¿La idea es que sean actores locales los que participen?

-Nosotros somos muy de la política de que trabaje la mayor cantidad de gente del lugar y de la zona. Creemos que eso suma. La idea es que si se rueda en Río Cuarto la mayoría del recurso técnico sea de la ciudad.

El hecho

Cabe recordar que la masacre en el Banco Popular Financiero se concretó a primera hora de la mañana del 16 de septiembre de 1987. Un grupo indefinido de delincuentes atracó la entidad crediticia y acribilló a los siete trabajadores, que minutos antes del hecho ingresaron al establecimiento para cumplir con su tarea diaria.

Jorge Garay, José Rubén Bianco, Ángel Angelini, Alejandro Angel Muzzio, Víctor Meynet y Ricardo Ferreira perdieron la vida en el acto, mientras que el entonces gerente, Roberto Denner, quien también fue alcanzado por las balas, logró sobrevivir (falleció en 2013).

Si bien los acusados principales fueron Salinas y Nievas, quienes recuperaron su libertad después de estar más de dos décadas tras las rejas (Nievas volvió a prisión pero por otro hecho), siempre se especuló con la participación de más personas.

Asimismo, el móvil del acto criminal nunca pudo establecerse y, en ese marco, se barajaron múltiples teorías respecto a la intervención de destacados personajes vinculados al poder político y económico de Río Cuarto.