Un clan familiar estafó con recetas a la Apross durante 3 años: hay 14 detenidos
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Una receta de un medicamento para un paciente insulinodependiente encendió las alarmas en Apross en enero de 2024. Las inconsistencias detectadas hicieron que se ponga foco sobre el caso, al que no se tomó como algo aislado, sino que se lo consideró como posible punta de un ovillo.
Ayer, a 13 meses de que se encendieran las luces rojas, en la capital provincial, la Justicia ordenó una serie de allanamientos que terminaron con 14 personas detenidas, un volumen significativo de medicamentos y poco más de 13 millones de pesos. Todo en los domicilios de un grupo de personas que integran un mismo grupo familiar: pareja, hijos, parejas de los hijos. Un clan que, al menos, desde hace 3 años venía estafando a la Apross, pero también a Pami y a obras sindicales, con recetas truchas de medicamentos para pacientes crónicos.
“Se dedicaban desde hace tres años por lo menos a falsificar recetas médicas. Con sellos, con troqueles, con recetarios, alteraban la identidad de las personas y se presentaban a retirar medicación en distintas farmacias”, explicó a Puntal una calificada fuente vinculada a la causa.
Con respecto a la investigación, y según la misma fuente, no hay involucrados profesionales de la salud ni se tienen elementos para sospechar de connivencia con alguna farmacia. “Era un accionar limitado a este grupo de personas, con métodos sofisticados, pero que venían realizando sistemáticamente”, agregó.
Lo cierto es que para poder concretar el fraude por el cual presentaban recetas y retiraban medicamentos, el clan tenía acceso a la base de datos de los afiliados con tratamientos permanentes. Un dato no menor. Según se cree, lo hacía a través de las farmacias, que tienen los listados para poder cotejar cada vez que se presenta una persona con su documento para obtener un remedio con cobertura de Apross.
“Ellos confeccionaban la receta y se presentaban en distintas farmacias para no dejar sospecha y retiraban la medicación. Lo que no se puede determinar es qué hacían con la medicación posteriormente”, explicó la fuente a Puntal, aunque todo indicaría que la comercializaban a través de algún circuito paralelo.
Lo cierto es que la maniobra denunciada consistió en la confección y utilización de recetas médicas falsas, tanto en formato papel como electrónico, para la prescripción de medicamentos destinados al tratamiento de la diabetes, tales como insulina y tiras reactivas. También lo hicieron con pacientes oncológicos.
Estas recetas fueron emitidas a nombre de afiliados de Apross empadronados con esta patología, quienes desconocen los consumos registrados a su nombre. Las mismas eran presentadas en diversas farmacias de la ciudad de Córdoba por personas que, junto con la receta, entregaban fotocopias de documentos de identidad adulterados, en los que modificaban nombre, apellido, número de documento y dirección, pero mantenían la fotografía original para evitar ser descubiertos.
Tras la presentación de la receta, los involucrados dejaban un número telefónico de contacto para coordinar el retiro de los medicamentos una vez que estuvieran disponibles en la farmacia.
Según se explicó oficialmente, por las mejoras tecnológicas implementadas por Apross, la Oficina de Prevención de Fraudes solicitó el registro de prescripciones del médico involucrado, incluyendo la identificación del IP (teléfono o PC) desde el cual fueron generadas.
Se constató que una de las recetas fue emitida el día 5 de enero de 2024 a las 22:20:25 desde un dispositivo identificado y se verificó que el paciente a nombre del cual se emitió la prescripción ya había fallecido. Su pareja confirmó que no se habían realizado consultas con el médico en cuestión.
Con el fin de esclarecer el fraude, se realizó una auditoría sobre diversas recetas sospechosas, identificándose patrones consistentes entre los médicos prescriptores, las personas que retiraron los medicamentos y las farmacias involucradas.
Además, se analizó el listado de prescripciones y se detectó que en la mayoría de los casos se repetían los mismos profesionales, medicamentos y personas que retiraban.
Ayer, en los allanamientos realizados se incautaron teléfonos celulares, impresoras, computadoras, documentos de identidad falsificados, sellos apócrifos, dinero en efectivo, medicamentos en gran cantidad y recetarios fraudulentos, entre otros elementos clave para la investigación. Asimismo, se continúa analizando la cuantificación del perjuicio económico ocasionado por estas acciones irregulares. “Todavía no hay una cifra del fraude total”, respondió la fuente sobre ese punto.
“Aparentemente tenían una red bastante sofisticada de operaciones porque entraban a los datos de las farmacias. No sabemos todavía cómo, pero entraban, obtenían los datos de la gente, los pacientes empadronados con las distintas enfermedades y a partir de ahí hacían la receta, usaban los DNI aparentemente adulterados, cambiaban los datos. La foto siempre era la misma de las personas que retiraban la medicación y con ello burlaban los controles de farmacia”, agregó la fuente consultada.
Y aclaró: “En la farmacia se presenta un afiliado con una receta, con el DNI que dice ser esa persona y está empadronado y la farmacia tiene la obligación de entregar la medicación. Pero hasta acá las farmacias no están sospechadas ni tampoco médicos implicados. Al menos hasta el momento”, aclaró la fuente.
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