Con la conflictividad laboral en alza, piden que se llame a un diálogo social

Con la conflictividad laboral en alza, piden que se llame a un diálogo social

Ante un aumento de la conflictividad laboral por la crisis económica y los efectos negativos de la pandemia, la abogada laboralista Cristina Azocar, integrante del Foro de Derecho del Trabajo de Río Cuarto, aseguró a Puntal que es necesario que se convoque a un diálogo social. A la vez, habló sobre el presente de la actividad y dijo que los decretos que impiden despidos y que obligan a pagar doble indemnización no están funcionando como corresponde.

 

-Ayer (7 de julio) fue el Día del Abogado Laboralista, ¿qué reflexión le merece la fecha?

-El Día del Abogado Laboralista se conmemora en memoria de Norberto Oscar Centeno, abogado laboralista, asesor de sindicatos y uno de los autores del proyecto de la Ley de Contrato de Trabajo, que fue víctima de la violencia estatal en la última dictadura militar, en lo que se llamó “La noche de las corbatas”, cuando fue secuestrado en Mar del Plata donde estaba radicado junto a otros colegas, para ser después asesinado. Su único “delito” fue la defensa de los trabajadores. En ese contexto, vemos positivamente el hecho de que en la actualidad la defensa del sector trabajador no es resistida, por el contrario, la sociedad dimensiona la importancia de la misma y el Estado acompaña con medidas paliativas. Ahora bien, si dichas medidas son suficientes o no, merece otro análisis.

-¿Cuál es la situación de los profesionales de esta rama de la abogacía?

-La situación de los abogados laboralistas no es ajena a la del resto de los colegas que ejercen otras especialidades ni tampoco a la situación de la población en general. Estamos en un momento extremadamente complicado por la crisis económica que se acarrea desde hace años y que se agudizó por la pandemia.

-¿Cómo influye todo esto en los abogados independientes?

-De muchas maneras, por ejemplo, en la falta de trabajo, en los escasos ingresos, en la inestabilidad de los mismos, en la incertidumbre, en la modalidad virtual o de teletrabajo implementado en lugares donde la asistencia necesariamente debe ser presencial para que el reclamo avance y se llegue a una rápida y eficiente solución, en la falta de personal en oficinas públicas, en los tiempos de la Justicia, etcétera. En este sentido los grandes afectados han sido los jóvenes abogados que ven mayormente limitada su posibilidad al acceso a distintas fuentes de trabajo, estando obligados al mismo tiempo a cumplir con el pago de aportes y gastos fijos en tiempos de pandemia. Frente a toda esta situación no se vieron políticas públicas ni gremiales contendoras para quienes ejercemos la profesión de manera liberal.

-¿Cómo ha avanzado en los últimos tiempos la litigiosidad laboral?

-Habría que analizar las estadísticas para tener datos certeros. Sin perjuicio de ello, la práctica nos muestra un notorio crecimiento en la conflictividad laboral que va de la mano de la crisis económica y la falta de políticas de Estado, porque por más que se quiera prohibir normativamente los despidos, si la actividad económica decae, consecuentemente lo hace el empleo, ya sea reduciéndose los puestos de trabajo o precarizándose el empleo, lo cual trae aparejado reclamos y litigios.

-¿Cuál es el nivel de respuesta de parte de la Justicia para con los reclamos de los trabajadores?

-Los tiempos de la Justicia no son los que está necesitando quien atraviesa una situación extrema y requiere de una ágil solución. Esto se debe a múltiples factores, como la falta de personal, el proceso de aprendizaje en lo que hace a la modalidad virtual, a la incipiente implementación del teletrabajo, al aumento en lo que respecta a la judicialización de los casos. Específicamente, en el Fuero Laboral, es necesario que urgentemente se ponga en funcionamiento el tercer Juzgado de Conciliación y Trabajo y la segunda Cámara del Trabajo, ello agilizaría la demora en los litigios laborales y con ello se daría mayor garantía a los trabajadores. En este sentido, desde el Foro del Derecho del Trabajo participamos activamente en los proyectos de creación de dichos Juzgados encontrándonos ahora abocados a reclamos y gestiones a fin de que se regularice el normal funcionamiento de la Comisión Médica de nuestra ciudad.

-¿Qué sucede con aquellos trabajadores que han sufrido consecuencias en sus puestos laborales y que no saben cómo asesorarse?

-Pueden recurrir al asesoramiento de un abogado especialista en la materia y también al de su organización sindical. Lamentablemente nuestro país no tiene un sistema ágil para que trabajadores y empresarios puedan acordar, fácilmente y en condiciones de seguridad, mecanismos para pactar salidas concertadas de las situaciones de crisis, a lo que hay que añadir una tradicional desconfianza recíproca, todo lo cual complica las soluciones “marco” o “generales”. Falta generar mecanismos de diálogo que sirvan de canal adecuado para gestionar la tensión propia de las relaciones laborales. En eso es fundamental el rol del Estado, en cualquiera de los órdenes. Lamentablemente, la normativa vigente concentró esas facultades en la Nación, a pesar de ser un país federal, y poco se ha avanzado en la descentralización de funciones hacia Provincias e inclusive Municipios.

-¿Cuál es la situación de los decretos que impiden despidos y obligan a pagar doble indemnización en caso de que eso ocurra? ¿Se respetan?

-Deberían respetarse. Lo cierto es que el cumplimiento de los mismos, por lo general, está condicionado a la capacidad económica de cada empresa o empleador. No estamos frente a un problema normativo, sino ante una cuestión de índole económica, que no se va a revertir por la extensión de la prohibición de despidos o suspensiones sin causa o por la imposición del pago de una doble indemnización. Es cierto que la medida fue necesaria en un principio y ante el contexto de pandemia, pero debió ser temporal y en el “mientras tanto” deberían haberse elaborado y articulado soluciones de fondo que eviten la extensión de la misma y se logre bridar tranquilidad a los trabajadores en lo que hace a sus condiciones de trabajo.

-¿Qué perspectivas hay de cara a lo que viene?

-La pandemia nos impone ser prudentes a la hora de planificar, es decir, la situación sanitaria va a ir marcando la agenda de la actividad productiva. Si ceden los contagios, resta esperar que el Gobierno avance con las medidas económicas que permitan una pronta recuperación y con ello la generación de empleo genuino. Creo que nos espera un largo camino, porque los efectos de la crisis han sido muy fuertes para la economía y en especial para algunos sectores que los sumió en crisis muy agudas. Es por eso que quiero remarcar la necesidad imperiosa de un diálogo social amplio, que involucre a los dirigentes políticos, sindicales, empresarios, a los sectores sociales, en fin, a todos, ya que de esta situación no se sale con un pase de magia de un iluminado. Es una tarea colectiva.